Mi demonio del fuego, personal


Todos tenemos nuestros demonios, yo tengo los míos, y trato de entenderlos.
Este es mi demonio del fuego...y aunque yá no vive conmigo y encontró su nuevo hogar, su espíritu ya es mi amigo. Y siempre seguiremos tratándonos .
Antes existía pero antes no tenía forma. Su forma llegó a mis manos cuando una amiga me lo regaló al hacer una mudanza...Era tan feo... Cuando lo recibí por primera vez, no estaba segura de querer tenerlo entre mis cosas, pero resultaba interesante, sopesar un objeto de plomo tan chiquito en las manos. Lo terminé queriendo , el objeto forma parte de mi vida ahora , aún cuando ya no esté, porque lo regalé.
No regalé cualquier cosa, pasé de manos un demonio. A alguien que no conozco mucho y que ni siquiera supe , en el momento que lo regalé, que podría llegar a pensar. Pero otorgar un demonio, es algo tan rico como compartir una parte de espíritu.
Nuestros demonios, en su mayoría, incomprendidos por nosotros mismos, son esas cosas realmente horribles que nos enseñan siempre. Yo tengo varios, lo primero que hago es tratar de nombrarlos, y cuando los nombro , se me presentan, y ahí charlamos, las charlas al principio no son de lo mejor. Tienen cosas terribles para decirme. Me hablan de limitaciones casi siempre. y se explican a si mismos. Despúes pactamos. Yo les digo, "yo llegó hasta acá" y a veces me dicen " eso crees vos".
El "demonio del fuego" quema si no lo respetás, pero cuando lo respetás y sabes qué parte tuya quema también, entonces, todo se tranquiliza.
Si, terminé queriendo a un objeto, que de tan feo se volvió amable, por que me recuerda lo que a veces aprendo.

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