Mi Tía Coca, Compte y Mondrian

Mi tía Coca, Compte y Mondrian tienen cosas en común, pero menos de lo que parece.
Coca, creo , era prima de abuelo, y era la madrina de mi Papá, de esto no tengo dudas; lo adoraba profundamente , porque no había tenido hijos.
La única vez que ví un tapado de armiño lo tenía puesto Coca , lo ví en una foto. Allí entendí lo que significaban los tapados de armiño en los tangos y en el Buenos Aires de principio de Siglo XX.
Coca era gorda, coqueta, excéntrica(no se porqué) y hablaba hasta con las baldosas
Mi papá cuando la nombra, despues de pronunciar “Coca” dice hasta en nuestros días –Pobre, era tan Buena!!!- Coca nunca tuvo nada de pobre, en ninguna de sus acepciones, era formidable por donde la viéramos. Su personalidad era brillante vital y la verdad es que era muy divertido verla vivir. (yo no la ví , sólo lo estoy suponiendo, pero mis tios y cualquiera que la haya conocido, habla de ella como se habla de esas mujeres plenas con carácter jocoso y poco perfil bajo. Las fotos la muestran con ese brillo en los ojos que nada tiene que ver con los años y todo tiene que ver con el tipo de sangre que los habita, o el espíritu que los insufla).
Mi tía abuela Coca, era viuda, e iba al Congreso de la Nación y participaba de las sesiones. No era diputada. No era senadora. No era más que un civil, lleno de estímulos y curiosidad. Y los civiles igual que hoy, podían ir y escuchar. Hay un libro que se llama “El Congreso que yo he visto”, mi papá lo tiene y yo no se por que no lo leí. Cuando en las sesiones se armaban desparramos (al igual que hoy) mi tía Coca, estaba en el medio . Pero sin pegar carterazos, por que era una persona muy fina.
Una vez subío a un tranvía y se agarró de un caño , exclamando feliz decía:-Qué suerte que me puedo agarrar de algo sin caerme!! Qué suerte que se han puesto a pensar en gente como yo! ¡Pero que suerte tengo!
En la siguiente parada el plomero que estaba sentado justo ahí, se levantó llevándose el caño de plomo que estaba trasladando , bajó y se fué. Mi tía Coca, decidió aprender a manejar y salir en su propio coche.
Tenía un canario (no recuerdo ) se llamaba “Gutiérrez”. No salía sin él.
Se iba a tomar el té al Jockey Club, a esa parte en la que sí pueden entrar mujeres y junto con el té de las cinco, pedía un platito con alpiste. Abría la cartera y el canario pegando un saltito, salía y comía.
Un día no lo encontró, todo estaba igual , las paredes eran las de siempre, el té humeaba, el camarero estaba cómodo en su librea, pero Gutiérrez no aparecía por ningún lado. El plato estaba intacto o sea, Gutiérrez no había comido. (Digámoslo, Gutiérrez es un buen nombre para este guíon), el cardenal de un amigo mío le llamaba,Brutus Pavarotti , se murió de tos) .–Gutiérrez donde estás?, preguntaba en voz alta mi tía Coca… Finalmente, cuando levantaron la enorme bandeja de plata en la que se servía el té encontró a Gutiérrez completamente aplastado.
Yo siempre , sin embargo me imaginaba la muerte de Gutiérrez de otra manera. Es esta: “Gutiérrez, Gutiérrez dónde estás? (hasta ahí , igual) pero cuando mi tía Coca se levantó, encontró al canario justo debajo de ella…
No es una historia triste, Gutiérrez tuvo una muy buena vida para ser un Canario.
Sólo que murió aplastado por una bandeja de plata en el Jockey Club. (pocos canarios pueden decir lo mismo)
Fe de erratas: Hoy me enteré que el canario no se llamaba Gutiérrez, como me gustaba a mi, se llamaba de un modo mucho más coherente con mi Tia Coca y su vida de canario…
(se llamaba “Principe”)

Cuando a mi tía Coca se le murió el perro, la historia fué diferente,si,si,si.

Lo mandó a embalsamar.

Yo jugué años a los caballitos con el perro embalsamado. Y cuando ella se murió, me dejó como herencia, una colección de 1024 perritos en diferentes porcelanas, más un juego de muebles que tiene una vitrina para ponerlos dentro. Mi tía Coca se murió cuando yo tenía 5 o 6 meses, no me acuerdo por que era muy chica.
Me gusta la historia del perro embalsamado porque a pesar de todo no estaba sacralizado. Para mi era un juguete más. Y creo que estas cosas que hoy nos causan una especie de espanto, eran un buen remedio. No estoy hablando de lo que hizo “Compte” con su señora esposa. Hablo de cosas pequeñas, que nos hablan de cierta relación con “el horror”, haciéndolo como una solución en un mundo sin psicoanálisis…y como siempre el ser humano, además de enfermedad genera sus propios remedios, considero que esta era el arma que tenía a mano para poder vivir la pérdida de un bicho amado.
Si, en realidad lo de mi tía Coca no me escandaliza en absoluto. Lo de Compte , si.
Y tiene que ver con el entorno.
Mi tía Coca era una señora gorda, no modificó , ni con sus teorías ni con su canario el pensamiento occidental del sigo XIX. Compte, si. Era docente, filósofo y ya que estabamos inventó el Positivismo. Influenciando a todos los que venían detrás de él. Por que así son los anteojos por los que miramos el mundo todos los que estamos acá. Aún sin haber leído su filosofía estamos atravesados por ella, como también estamos atavesados de psicoánalisis aún sin hacer terapia.
Vamos, Compte, tenía mucha más llegada, que mi tía Coca.
La cuestión es que Compte, Padre absoluto de “lo medible”, “lo pesable” y “lo que existe”, se enamoró. El padre de “lo racional” y el bastión armado contra la superstición y la locura, se enamoró como un tirífilo. Si,si, completamente enamorado.
Este hombre que sólo entendía de las obras de arte a través de la cantidad de centímetros que tenía el soporte y consideraba que su valor radicaba en la riqueza del marco, se nos enamoró .
Yo realmente compadezco a este señor que tuvo de alguna manera que justificarse ante si mismo, tamaños sentimientos impensados. Porque la verdad sea dicha, si tanto odio le tenía al pensamiento mágico y tanto rechazo le provocaba lo intangible…pues entonces bien sabía lo que era sufrirlos. Nadie odia lo que no ve.
Y otra vez volvemos a la ley de las compensaciones.
Auguste Compte, era un apasionado , que batalló contra los excesos que el mismo conocía…
No sé como fué la historia de su amor. Si aceptó su “debilidad” o si se torturó a sí mismo y a su amor por “sentir” y no sólo pensar.
Lo que sí sé, es que su amor, se murió como tantas otras mujeres en ese siglo, de tuberculosis. Y Compte, no pudo con su demonio oculto que le ganó la batalla. No pudo soportarlo y la embalsamó. La entronizó en un altar, y enloqueció del todo.
Mi mamá me dijo que hasta le fundó una religión para ella.
Pero por supuesto nada de esto figura en los libros de historia.
El padre del Positivismo, no puede ser un loco desquiciado a causa del amor. Por eso mi tía Coca es un ser mucho más inocuo.

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