mi soledad tiene una amante ingrata, yo no la quiero y ella insiste en quedarse

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Hasta que despiertes un día y ya no esté. Eso sucede con las amantes, al fin y al cabo.
Auguro para ese día un olor diferente en tu almohada. Una ventana abierta que no recordarás haber dejado así. Una sonrisa inmotivada. En fin, un día amanecerás feliz. (por favor, avisa y brindemos con algo)

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